La titulitis en Europa

Hace algunos años pensaba que sólo había dos formas de arreglar un problema burocrático. La primera consistía en perder la educación, método que ejecutado correctamente (o sea, sin llegar a las manos) funciona bien, aunque a mí me parecía algo vergonzoso. El segundo se basa en sacarse un título de prestigio y aplicar el consiguiente doctor o abogado delante del apellido al inciar la contienda. Este último método, aun siendo más pacífico, me parecía todavía más avergonzante, pero en muchos casos más efectivo.

Que en España la Universidad tenga problemas graves de sobrepoblación y que por una regla económica básica de oferta y demanda los títulos estén infravalorados parece una consecuencia lógica de este fenómeno. Qué alivio descubrir que no sólo España está azotada de esta malatía, sino que en Europa la situación parece incluso más grave: salpicados por este elitismo documental, en Alemania cada vecino aclara su título universitario colocándolo bien visible en sus buzones; en Italia no les es suficiente ser licenciados y pasan directamente a llamarse dottori laureati apenas terminada cualquier titulación universitaria; por supuesto en este país a todos los profesores de ingenería se les debe tratar de ingegnere; en Chequia hace apenas unos años un ministro tuvo que dimitir por subirse la graduación en un desliz.

Por desgracia la técnica de presentarse como «profesor de» sigue siendo utilizada para acojonar en un debate o desacreditar al resto de debatientes. ¿Cuándo nos libraremos de esto?

2 comentarios en “La titulitis en Europa

  1. No hay que estudiar. Hay que ser jugador de fútbol, y si no se tiene el talento, hay que ser representante de jugadores de fútbol. Y si no se puede eso, ser periodista en medios que discutan sobre fútbol. Si no se tiene absolutamente ningún talento, no queda otra que anotarse en Gran Hermano.

    Ah, y si se es mujer, hay que mostrar los atributos en la TV y listo…

    Saludos,
    Un licenciado

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